En nuestros días, el fascinante universo de las leyendas de piratas en mares exóticos sigue cautivando la imaginación de niños, jóvenes y cualquier individuo que desee sumergirse en la época de la Edad de Oro de la Piratería. La visión de una bahía salpicada de cocoteros y un barco oculto en sus aguas, zarpando en busca de su presa, continúa siendo un escenario que despierta la curiosidad y la nostalgia por un pasado lleno de aventuras.

Sin embargo, el interés por estos criminales del mar era aún más pronunciado a principios del siglo XVIII. En esa época, las historias de piratas ejercían un atractivo irresistible, llevando a las personas a buscar las últimas noticias en la prensa de entonces o a debatir y relatar las historias en las tabernas. Dada la alta tasa de analfabetismo, las tabernas que rodeaban el río Támesis se convertían en lugares donde la gente se congregaba para escuchar nuevas narrativas o, simplemente, ser testigos de los ahorcamientos que ocurrían frente donde se congregaban.

Execution Dock: era un lugar en el río Támesis cerca de la costa en Wapping, Londres, que se utilizó durante más de 400 años para ejecutar a piratas, contrabandistas y amotinados que habían sido condenados a muerte por tribunales de almirantazgo. El “muelle” constaba de sus correspondientes horcas para sus ejecuciones. Fue operativo hasta el año 1830.

No obstante, era el año 1724, y los londinenses se llevaron una sorpresa al encontrar en sus librerías un misterioso libro escrito por un autor desconocido, el Capitán Charles Johnson. Se titulaba “Historia general de los robos y asesinatos de los más famosos piratas”. Este enigmático volumen experimentó varias adiciones y modificaciones en ediciones sucesivas (1725, 1726 y 1734), incorporando  batallas y artimañas protagonizadas por los  nuevos protagonistas del momento.

Imaginen esto: piratas aún con vida y el Capitán Charles Johnson detallando sus actividades apenas un breve tiempo después de ocurridos los hechos. El valor del contenido de este ejemplar es innegable. ¿Sabían que obras como “La Isla del Tesoro” (Louis Stevenson, 1883) o películas como “El Cisne Negro” (1942) y “Capitán Blood” (1935) se basaron en la información detallada proporcionada por este trabajo? Además, ¿cómo aprendimos acerca de caminar por un tablón de madera cuando te condenaban a bañarte con tiburones, los marineros con patas de madera, los loros o papagayos en los hombros de los capitanes, el parche en el ojo, la práctica de esconder tesoros en playas solitarias o el significado de la bandera de Jolly Roger, entre otros aspectos?

Personajes como Barbanegra, Capitán Bartholomew Roberts, Anne Bonny, Mary Reed, John Augur,  Mathew Luke, Richard Holland, son analizadas por el Capitán Johnson, el cual se creía que era un pseudónimo del novelista y escritor,  Daniel Defoe (Robisnson Crusoe)

Todo este conocimiento se encuentra en este excepcional ejemplar, el cual les recomiendo leer y conservar en cualquier estantería de su hogar, si tienen la oportunidad. Por cierto, entre los enemigos de la Corona Inglesa, el capitán Charles Johnson hace una breve mención del temido Don Benito de Socorrás, del cual hemos hablado anteriormente en esta web después de encontrar documentos en el Archivo de Simancas. Estos documentos revelaban la participación de Benito en nuevos asaltos a buques de Holanda, por lo que estos detalles encajan perfectamente en el tiempo y el orden de los acontecimientos.

Si tienen conocimiento del inglés, les invito incluso a leerlo en el siguiente libro digital :  https://digital.lib.ecu.edu/17001