El desarrollo de la piratería inglesa desde la década de 1540 hasta la de 1720 se basó en la tradición establecida del saqueo marítimo. Un patrón de empresa surgió durante los conflictos anglo-franceses de principios del siglo XVI, el cual sentó las bases para la futura expansión y elaboración de unas normas de conducta que fueron definiendo el comportamiento de sus tripulaciones, ataques a ciudades costeras desprotegidas y amuralladas de la Nueva España, llegando a incluir una amplia infraestructura de apoyo de la Corona Inglesa. Esto permitió que la piratería se convirtiese en unos años, en una gran empresa comercial, cuyo crecimiento se vio sostenido por la guerra y la rivalidad internacional, particularmente con España.

Los piratas más conocidos tuvieron una reputación aterradora, consumando hechos repudiados, y sembrando el terror entre la población de la Nueva España: Cartagena de Indias, Trinidad (Cuba), Portobelo, Maracaibo, Panamá, Campeche, Veracruz …  Matanzas indiscriminadas, saqueos y violaciones, quema de Iglesias y casas, destrozos a los puertos coloniales, asaltos despiadados a navíos que transportaban madera, cacao, plata, azogue, etc.  Anunciaban su momento ondeando sus banderas características de una época. Simbolizaban la identidad de cada una de las hermandades que circulaban por el Caribe, y cierto es, que tenemos siempre en mente, la famosa bandera negra de ‘Jolly Roger’ con la imagen de la calavera y tibias cruzadas, que usó Edward Seegar (pirata de origen irlandés, conocido por sus ataques durante la etapa de 1717-1725) durante sus travesías.

Miles de piratas estuvieron activos entre 1650 y 1720, etapa conocida como la “Edad de Oro” de la piratería. Nombres legendarios como Henry Morgan, William ‘Captain’ Kidd, ‘Calico’ Jack Rackham, Bartholomew Roberts, el temible Barbanegra (Edward Teach), fueron algunos de los muchos que hicieron de las suyas, pero, cabe preguntarse: ¿existieron los piratas buenos? ¿Corsarios o bucaneros, que bajo las órdenes de sus monarquías, frenaron la expansión de estos bárbaros de la mar? ¿Qué corsarios españoles figuraron como leyenda durante esta época? ¿Cuáles se hicieron famosos contrarrestando el daño enemigo y cuáles fueron de origen español? Los corsarios hicieron un gran favor a la Corona de España. No sólo eran comerciantes que navegaban las rutas entre España y el Nuevo Mundo, sino que con su patente de corso, les permitía invertir en armar sus buques como si de una empresa e inversión a largo plazo se tratara. El corso más profesional aparece a mediados del siglo XVI y consigue su máximo desarrollo e importancia en el siglo XVII. Es bien avanzado el siglo XVIII, al igual que la piratería, la figura de corsario entra en decadencia.

¿Qué nombres de corsarios españoles son a día de hoy figuras legendarias? ¿Quién sería el primero en ocupar esa lista? ¿El portorriqueño Miguel Enriquez o Henríquez, José o Joseph de Herrera, Vicente Antonio de Icuza  (125 embarcaciones apresadas), o Amaro Pargo, procedente de Canarias?

Con esta página te invitamos a viajar y conocer la vida y aventuras, batallas y destrezas de este último.  Me refiero al canario, Amaro Rodríguez Felipe y Tejera Machado, mejor conocido como, Amaro Pargo.