Imagen de Silvestre Cajigan 

Las Compañías comerciales estaban constituidas por acciones que se vendían a individuos o entidades privadas, y sus beneficios se repartían siempre y cuando la ruta comercial hubiera sido un éxito. Dichas compañías ayudaron a la expansión colonial de las potencias atlánticas durante el SXVII y SXVIII, siendo los actores principales Holanda e Inglaterra. Recibían importantes privilegios, hasta el punto de que alguna de ellas se convirtió en auténticos monopolios con funciones colonizadoras y administrativas.

Las compañías inglesas se caracterizaban por ser entidades libres y anónimas. Comenzaron a operar bajo el reinado de Isabel I en el año 1600. Se denominaban “join stock”, y sus acciones se negociaban y se adquirían en Bolsa. Estas poderosas compañías fueron las responsables de la rápida expansión inglesa en Norteamérica, mientras que la Compañía de las Indias Orientales, fue la que se encargó de trazar la ruta de El Cabo, hasta llegar al lejano Oriente, Surate, Madrás, Bombay etc., contando hacia el año 1620 con doce puestos comerciales, llegando a realizar a finales del SXVII cerca de treinta viajes anuales al Lejano Oriente. Hacia 1720 su astillero estaba compuesto por una flota de 10.000 toneladas y más de 2.500 marineros. Y en 1803 estaba bien resguardada, con una fuerza militar de más de 260.000 hombres.

Ruta de El Cabo: Compañía Oriental de las Indias (Gran Bretaña).

Fuente: World History Encyclopedia

Sin embargo, durante toda esta etapa, la Compañía de las Indias Orientales holandesa fue la más poderosa de todas. Creada apenas dos años más tarde que la de los ingleses, en 1602, fue fundada por los Estados Generales de Holanda. Constituida como sociedad capitalista, evolucionó con más rapidez que la inglesa, al unirse todas ellas en una única sociedad de carácter permanente, donde los burgueses, y no la Corona, la gestionaron.

El Estado concedió a la Compañía el monopolio absoluto de las Indias Orientales y puso a su disposición, la potencia de su flota. Su centro de operaciones fue Batavia, en la isla de Java, que se convirtió en el corazón de una zona intensamente activa y que ya contaba en sus inicios, con un ejército de casi 12.000 hombres, y con una dotación naviera de cerca de 60 barcos.

 

Proa – León de barco Holandés de la VOC (Compañía Holandesa de las Indias Orientales). Imagen de Edward Lich en Pixabay.

¿Y cuándo crea España su primera compañía comercial? Es con más de un siglo de retraso, al compararse con las otras potencias europeas, cuando se crea en 1714, y bajo el reinado de Felipe V, la Compañía de Honduras. Estaba compuesta únicamente por tres navíos y un paquebote, utilizándose este último como Servicio de Correo rápido entre la flota, y con la Corona. Nuestra Señora de la Concepción, más conocido como el Blandón, era uno de los barcos que la conformaban, y estuvo capitaneada por Amaro Pargo junto con su hermano José Rodríguez Felipe.

Por aquel entonces, España necesitaba liquidez para poder sufragar las guerras en Europa, mantener las nuevas colonias y afrontar las numerosas pérdidas de plata que no llegaban al reino de España, bien debido a las incursiones piratas, bien por las tempestades en alta mar, que destrozaban los navíos en su vuelta a Cádiz, siendo imprescindible buscar nuevas formas de ingresos. La Compañía de Honduras fundada por el Marqués de Montesacro, Diego de Zárate y Murga y Felipe V, fue de las primeras que se crean en España, y es en ella donde Amaro Pargo desarrollo su última etapa en aguas del Caribe (1715-1723).

A pesar de su fracaso, que ya explicaremos y abordaremos en nuevos artículos, puede considerarse ejemplo y modelo de otras compañías que tuvieron más éxito a posteriori, como fueron la Real Compañía Guipuzcoana de Caracas (1728), la Compañía de La Habana (1740) y la Real Compañía de Filipinas (1785), ente otras.

Fuente: Archivo General de Indias (Tomo 398 Guatemala).
“Nombramiento de los buques de la Compañía de Honduras”

…. San Phelipe y Santiago, y vn patache nombrado San Diego. El primero, a cargo del capitán de mar y guerra don Juan de Ezpeleta, y el segundo al del capitán de mar 

         y el tercer navío, al puerto de la Guaira, en la prouincia de Benezuela, nombrado Nuestra señora de la Concepción, a cargo del capitán de mar….