06/11/2017 Los personajes de la cuarta entrega de Assassin’s Creed Black Flag forman parte de la ficción, ambientada en la edad de oro de los piratas, entre ellos, Amaro Pargo. DA
La quinta entrega de Assassin’s Creed, que forma parte de la empresa francesa Ubisoft, Origins, salió a la venta la semana pasada. Esta vez, el videojuego de acción recrea el Egipto del reinado de la célebre Cleopatra, quien murió en el año 30 antes de Cristo. “Hemos tenido una gran aceptación comercial estos primeros días y las críticas por ahora han sido muy positivas. Desde el equipo de desarrollo estamos muy contentos”, indica a DIARIO DE AVISOS, Antonio Alonso, encargado de la marca en España.
Coincidiendo con el día de lanzamiento, Alonso recibía en Tenerife el galardón El Testigo de la Historia, que concede el Festival Internacional de Cine Histórico de La Laguna (FICHLA), por la ardua labor de investigación realizada para el desarrollo del videojuego. “Un pilar fundamental de la marca Assassin’s Creed es la inspiración histórica. Toda nuestra narración está apoyada en momentos vividos por la humanidad”, sentencia Alonso.
La marca se ha caracterizado hasta ahora por superar sus propios límites, basta recordar todo lo realizado en la cuarta entrega, Assassin’s Creed: Black Flag, que se ambientó en la edad de oro de los piratas y corsarios. “El equipo de marketing en España buscó la manera de comunicar, de forma original, la existencia del juego. Para eso rastreamos todas las oportunidades que nos ofrecía el mercado nacional. En esa búsqueda de personajes y acontecimientos históricos de ese período, encontramos la figura del tinerfeño Amaro Pargo, un corsario durante una época gloriosa para la corona española que tuvo un papel muy protagonista y que, en esencia, nunca se le había hecho justicia. Si lo comparamos con Barba Negra o con Blake, o cualquier otro pirata, vemos que casi no existe literatura sobre él. No tenía una posición ganada”, argumenta.
Cartel de la cuarta entrega del videojuego, dedicada al mundo pirata. DA
Con el objetivo de ponerlo “en el puesto que se merecía a nivel nacional e internacional”, llegaron a Tenerife para exhumar sus retos y su misteriosa historia. “Contactamos con familiares suyos, localizamos sus restos, hablamos con el epicospado e incluso tuvimos que pedir permisos para exhumar su cuerpo y realizar un análisis de ADN”, recuerda Alonso.
Del trabajo realizado lograron extraer, por ejemplo, el peso y la estatura del tinerfeño. “Era bastante bajito, medía solo 1,68 metros, y delgadito, menos de 70 kilos”, comenta el encargado de la marca. “Con esos restos también pudimos identificar que tuvo varias luchas porque tenía marcas óseas ocasionadas por cuchillos o espadas, tanto en hombros como en costillas. También descubrimos que en su tumba yacían los restos de su esclavo y más personas, incluso bebés. Todo eso es muy misterioso. Asimismo, determinamos que su tumba tuvo que ser asaltada alguna vez porque se ven los restos movidos, como si les hubieran quitado joyas”. El proyecto era mucho más ambicioso; Assassin’s Creed pretendía recrear su rostro. “El proyecto está clasificado, pero por temas económicos no se ha podido llevar a cabo. Tenemos la esperanza de que se pueda rescatar e incluso contar con el apoyo de ayuntamientos y cabildos”, concluye.