Uno de los puntos estrella dentro de las referencias históricas referentes a Amaro Rodríguez Felipe y la conocida como “Siervita de Dios”, lo constituye sin lugar a dudas el protocolo de las tres llaves del sarcófago  […]. En la irma del protocolo antes citado sobre la dación de llaves del sepulcro de Sor María de Jesús, el 15 de febrero de 1734, interviene, en primer lugar, el provincial de los dominicos Luis Tomás Leal, quien se dirigió a las religiosas para recordarles

 “que ya sabían las muy buenas obras que debían al capitán Amaro Rodríguez Felipe”, y especialmente les constaba las demostraciones de veneración y afecto con que se ha explicado con la venerable Sor María de Jesús, hermana profesa que murió ha tiempo de tres años en este dicho convento, con la recomendación de vida ejemplar, a que se ha añadido el gran costo del nuevo sepulcro, pira o mauseolo, que de su propio caudal ha labrado y en él se ha colocado el cuerpo de dicha venerable sóror María de Jesús, y porque a dicho sepulcro se le han puesto tres llaves de las cuales una deberá conservarse en la Arca de dicho Monasterio de Santa Catalina, otra en el Archivo del Convento y Colegio de Nuestro Padre y Patriarca Santo Domingo de esta ciudad […] era su paternidad muy reverenda de parecer que en demostración de gratitud y por correspondencia de las dichas buenas obras ejecutadas por dicho capitán don Amaro Rodríguez Felipe, así con el común de dicho Monasterio como con las particulares y especialmente con la dicha venerable sóror María de Jesús, debiéndosele como se le debe al susodicho la memoria de su virtud que en honor de este dicho convento se conservará por muchos años con la distinción del mencionado sepulcro en que se ha hecho la dicha colocación del dicho cuerpo, se diese la tercera llave a dicho capitán don Amaro Rodríguez Felipe para siempre jamás con perpetuidad, y de poder vincularla y agregarla a sus vínculos según y cómo mejor le pareciere dándosele plena facultad para ello. (5 Leg. 949, f. 125v. Vid.).”

Por su lado, las reverendas madres religiosas mostraron su conformidad, en uso de la autorización que, para otorgar este instrumento, habían recibido del provincial, y, por ello, “dijeron que ya lo tienen así resuelto por junta que hoy han tenido sobre esta materia y convienen en todo el contexto hecho en esta celebración, según queda especiicado para que dicho capitán don Amaro Rodríguez pueda tener la dicha llave de dicho sepulcro de dicha venerable sóror María de Jesús con dicha perpetuidad y poderío de poderla agregar a uno o más de los dichos sus vínculos en la manera que lo dispusiere”. El propio Amaro Rodríguez Felipe, que también estaba presente “a esta escritura”, la “aceptó en todo y por todo y dijo que tendrá dicha llave con toda custodia y seguridad y lo mismo prevendrá a quien le sucediere y representare”, y dio las gracias al provincial y a las muy reverendas madres del Monasterio “por el acuerdo que han hecho en dársela, sobre que en ello ha tenido especial complacencia”. Ante el escribano Betancourt Soria en 1742, el propio Amaro Rodríguez Felipe recalcaría lo siguiente: “la cual urna tiene tres llaves, una que se guarda en dicho monasterio, otra en el convento del Patriarca Santo Domingo, y otra que el dicho monasterio autorizado de su muy reverendo padre provincial me donó y concedió por instrumento otorgado en quince de febrero de mil setecientos treinta y cuatro ante el presente escribano con libre facultad de poderla avincular [vincular] y en virtud de dicha donación y de la facultad que por derecho me corresponde agrego e incorporo la dicha llave a este dicho vínculo y mayorazgo y juntamente al otro vínculo que he de fundar, para que los poseedores que nombrare de uno y otro y los que le sucedieren, la conserven y guarden como una de sus principales y más preciosas alhajas, y les encargo la iel y devota custodia de ella y la piadosa veneración con que deben concurrir en las ocasiones que se ofreciere abrir dicho sepulcro urna o pira, y la especial correspondencia con que deben en todos tiempos apreciar esta honrosa demostración a dicho monasterio”.

 Fuente: El Corsario de Dios: Amaro Rodríguez Felipe (1678-1747)

Las 3 llaves del sarcófago. En la actualidad, las tres llaves se encuentran en el Monasterio. Dichas llaves giran en diferentes sentidos que sólo las monjas catalinas conocen. Imagen: La Ruta de las Iglesias.

Las 3 llaves del sarcófago. En la actualidad, las tres llaves se encuentran en el Monasterio. Dichas llaves giran en diferentes sentidos que sólo las monjas catalinas conocen. Imagen: La Ruta de las Iglesias.