Desde AmaroPargo.es queremos agradecer a Alicia Díaz Barbuzano, artista, escultora y docente, que nos haga un hueco para conversar a pocos días de La Librea. Su cartel ha sido elegido para la edición 2025 y dialoga entre historia y presente de Valle de Guerra: ermitas, milicias, pandorga y la memoria de Lepanto, todo ello en un óleo de 80 x 120 cm realizado entre febrero y junio de este año. Gracias, Alicia, por compartir tu tiempo y por adelantarnos cómo vivirás el 18 de octubre y qué hay detrás de esta imagen que ya forma parte de la fiesta.

Referencia Histórica

La Librea de Valle de Guerra conmemora la Batalla de Lepanto (7 de octubre de 1571), librada en el golfo de Patras, frente a la ciudad de Lepanto (hoy Nafpaktos, Grecia), donde la Liga Santa (España, Venecia, los Estados Pontificios y aliados, al mando de don Juan de Austria) derrotó a la flota del Imperio Otomano dirigida por Alí Pachá. El combate, celebrado como hito que frenó la expansión naval otomana en el Mediterráneo, se estructuró en alas derecha e izquierda, centro y reserva, con papel clave de las galeazas venecianas y de los tercios embarcados; la caída de Alí Pachá y la captura de su capitana sellaron la victoria cristiana. En Valle de Guerra, este triunfo se recuerda con una representación popular que entrelaza milicias, pandorga y la devoción a la Virgen del Rosario, cuya intercesión la tradición vincula a aquel triunfo para España y el Mediterráneo cristiano.

 Tu cartel divide la imagen en dos etapas, histórica y contemporánea. ¿Cómo decidiste ese “corte” y qué querías que el público reconociera primero al mirarlo?

La celebración de la batalla de Lepanto se realizará el 18 de octubre a las 21 horas. Llevo 15 años en la representación de la batalla y cada año la vivo con la misma intensidad y emoción que la primera vez. Este cuadro hace un resumen de cuatrocientos años de historia. Una historia que quedará como documento gráfico de lo acontecido aquí en Valle de Guerra en torno a la patrona del pueblo Nuestra Señora del Rosario también conocida como Virgen Galeona.

Yo quería reflejar todo nuestro pasado histórico y que se reconocieran que las ermitas de Valle de Guerra tuvieron mucho que ver en la historia de la Librea pero para muchas personas este hecho era desconocido. Al principio me resultó difícil cómo conectar el cuadro. El cielo y el mar son muy parecidos en los colores de la paleta así que me dejé llevar con los colores para conseguir que no hubiese un cambio brusco.

En la parte inferior aparecen las ermitas (San Miguel, San Francisco y la de Ntra. Sra. del Rosario) sobre un paisaje agrícola; arriba, la Batalla de Lepanto y la Virgen. ¿Qué símbolo une ambos planos para ti?

Todo lo que acontece en el cuadro gira entorno a la patrona de Valle de Guerra que une el pasado y el presente, la Virgen del Rosario. Ella es el símbolo que unifica todo el cuadro. Otro símbolo es el arco que está delante de la ermita que representa el paso triunfal de la virgen que se realizaba en las distintas zonas del pueblo y que se han recuperado en la actualidad con un matiz distinto, ahora se realizan en la plaza por donde sale la procesión. 

Mencionas que el proyecto se apoya en la investigación de Julio Rodríguez de Castro y en una conversación con él. ¿Qué dato o matiz histórico cambió tu enfoque para tu obra?

El matiz que hizo cambiar mi enfoque fue conocer la historia de la Virgen del Rosario. En principio, ya estaba trabajando en varias ideas y en una conversación con mi hermana Rosa Díaz me comentó que en la salutación del año pasado habló un señor que conocía muy bien la historia de nuestra Librea. Me pareció muy buena idea
ponerme en contacto con él y que me contase. Esa conversación lo cambió todo porque a lo que ya tenía esbozado añadí la parte más primitiva de La librea. Siempre estaré agradecida a D.Julio Rodríguez de Castro por brindarme toda su investigación para poder crear esta obra.

 ¿No te parece que la Librea demuestra que en Canarias la memoria de Lepanto arraigó desde muy pronto, celebrada por nuestros antepasados como españoles de pleno derecho, y que hoy Valle de Guerra mantiene viva esa continuidad histórica?

En principio, ya estaba trabajando en varias ideas y, en una conversación con mi hermana Rosa Díaz, me comentó que en la Salutación del año pasado habló un señor que conocía muy bien la historia de nuestra Librea. Me pareció muy buena idea ponerme en contacto con él y que me contase. Esa conversación lo cambió todo porque, a lo que ya tenía esbozado, añadí la parte más primitiva de la Librea. Siempre estaré agradecida a D. Julio Rodríguez de Castro por brindarme toda su investigación para poder crear esta obra.

 

Técnicamente trabajas óleo sobre lienzo (80×120×4 cm). ¿Qué decisiones de color, esos ocres y amarillos “de luz y esperanza”, fueron más difíciles de fijar?

Para el estudio cromático o paleta de colores, estudié a William Turner, que pintaba cielos y mares, quien, de hecho, viajando en un barco, se inició una tormenta y se ató al mástil porque quería contemplar los colores en el cielo, poniendo en riesgo su vida, mientras que los demás marineros se refugiaron para escapar de la tormenta; él gozaba viendo el espectáculo de agua, luz y colores en el cielo. Luego estudié la vida y obra de Jorge Oramas, las pinturas que realizó sobre los paisajes que veía desde el hospital. En realidad, en pintura, la luz se representa con colores cálidos como los ocres, amarillos y algo de blanco. Con esa paleta quise transmitir la esperanza y la luz celestial de la aparición de la Virgen del Rosario en esos momentos de batalla y en auxilio a la flota cristiana.

Presentación oficial  de Alicia Díaz Barbuzano en el salón de actos del Centro Ciudadano de Valle de Guerra el pasado 18 de Septiembre 2025.

La pandorga y las milicias forman parte del ADN de La Librea. ¿Cómo trasladaste ese pulso popular al cuadro sin caer en la postal costumbrista?

Mucha gente no sabía por qué se había formado la escuadra de la Virgen, que no eran otros que los dueños y señores de la finca a caballo, acompañados de los campesinos trabajadores de sus fincas en las guardias nocturnas para salvaguardar las fincas. Además, los señores de las fincas eran los encargados de realizar las fiestas de la Virgen del Rosario, los pagos y las vestimentas de las milicias. De las pandorgas se encargaban las familias de los campesinos, que iban detrás de las procesiones con lámparas hechas en papel de seda y, con el tiempo, también se utilizaron lámparas de tea. Evidentemente, no era mi intención que fuera un cuadro costumbrista, así que solo puse los elementos necesarios para que quedara bien visible lo que yo quería transmitir. En mi opinión, creo que también lo logré con una paleta llena de luz y color acorde a la época.

 

En tu obra escultórica empleas piedras y minerales por su “energía”. ¿Has incorporado esa sensibilidad material a la pintura del cartel (texturas, veladuras, grano) o has preferido mantener disciplinas tradicionales?

En mi obra hay mucha influencia del artista Lucian Freud; me gusta cargar el pincel con mucha pintura para dar volumen y fuerza, pero en esta ocasión no lo hice; me fui al método tradicional, también más acorde a la época. Pero sí que en algunas partes del cuadro está esa esencia, aunque mínimamente, de cómo uso el pincel con pintura. Es verdad que no descarto, en el futuro, realizar algún cuadro en torno a la Librea con estos materiales. Yo, en otra vida, tuve que vivir en algo relacionado con las piedras, porque son el eje de mi vida por lo que me transmiten y por la historia que aportan como material geológico. Ellas me encuentran a mí. Solo hay que saber observar.

 

En el programa del 18 de octubre, además de presentar cartel, ¿qué papel tendrás ese día? ¿Participas en alguna acción, montaje o mediación con público infantil/juvenil, dado tu vínculo como docente?

Este año me pidieron ayuda para realizar las luminarias para las pandorgas, pero me coincidió todo y no pude, porque realizo mi primera exposición individual como artista y he tenido mucho trabajo. También porque me comprometí con otra asociación, Minfaya, con la que también colaboro cada 7 de octubre para decorar, cantar y tocar el bucio de los ancestros de Canarias.

¿Actuarás ese día?

Sí, participo desde hace 15 años en la Librea; mi personaje, Saila, del bando turco, es la ayudante de Fátima, hija de Alí Pasha.

El autor Juan Cairós ha sido el nominado para el cartel representativo de las Fiestas de Ntra. Sra. del Rosario 2025

En tu memoria visual se siente Valle de Guerra “entero”: ermitas, mayorazgos, caminos a Tacoronte y Guamasa, y la Virgen del Rosario. ¿Qué rincón del valle te “pinta” mejor por dentro cuando trabajas?

El mar, escenario de corsarios y piratas visto desde la Casa de Carta. El mar es como el aire que respiro; no puedo vivir sin él.

Has expuesto en distintos espacios de Tenerife y formas parte de colectivos locales. Para quien descubra tu trabajo ahora por el cartel, ¿dónde puede seguir tu obra (redes, próximas muestras) y qué pieza tuya recomendarías ver primero?

En redes sociales, Instagram y Facebook. Yo recomiendo ver mi primera exposición individual porque soy muy yo: ese mundo de texturas, de usos de materiales y, cómo no, la piedra muy presente en mi vida. Me dejo llevar y sueño despierta.

 

Si tuvieras que explicar La Librea a un niño o a alguien que viene por primera vez el 20 de octubre: ¿qué no debería perderse ese día?

Toda en general, porque describe brevemente, por escenas, lo acontecido ese día. Lo más importante es que debe conocer el patrimonio del pueblo.

 Tu taller está muy cerca de Miravala, la casa vinculada a Amaro Pargo en Tegueste, y no puedo desaprovechar esta oportunidad para preguntarte. Desde tu mirada como vecina y artista: ¿qué te sugiere su estado actual y qué te gustaría que pasara con su hacienda?

La Miravala está en la desidia; es una pena que se pierda el patrimonio después del arraigo y la historia que tiene detrás. Si fuese mía, la convertiría en museo. Hay suficiente material documentado para defender la figura de Amaro Pargo y su relación con el lugar. Sería maravilloso poder disfrutar de un paseo dentro de la hacienda, compartiendo paisaje y cultura.

El único retrato en vida de Amaro Pargo conocido, se encuentra en el lienzo del “Cristo de la Humildad y Paciencia” de la Ermita de Nuestra Señora de El Rosario en Machado. Arriba a la derecha, el estado en que se encuentra la Hacienda de Miravala, y abajo la Ermita de Socorro, ambas en el Municipio de Tegueste, Tenerife.

¿Para cuándo una obra relacionada con la figura de nuestro corsario lagunero?

En cuanto termine el proceso de la Librea y el montaje de mi primera exposición, me pondré a ello, ya que se lo quiero dedicar a mi padre, que es muy devoto de la Virgen del Socorro porque allí también tiene a su familia y recuerdos de su infancia.