José Antonio, hombre de plena confianza de Ricardo Hora, es un personaje ficticio clave dentro de la trama, formando parte del equipo encargado de coordinar los intereses mercantiles británicos que el irlandés protege entre la Bahía de Cádiz y la Casa de Contratación de Sevilla. Gaditano de nacimiento, eficiente en su trabajo y con una inclinación romántica, José Antonio tenía la responsabilidad de gestionar los documentos y pasaportes reales que autorizaban al Saint Joseph a navegar y comerciar en las aguas y costas españolas. Además, negociaba el precio de compra y el abastecimiento de las mercancías y pertrechos del bergantín irlandés, colocando los productos al mejor postor y no dudando en utilizar artimañas fraudulentas cuando era necesario, lo que en más de una ocasión lo llevó a pagar por sus fechorías, rozando la estafa.
Posteriormente a estos eventos, José Antonio logró consumar su matrimonio con Teresa, quien dejó atrás una vida de incertidumbre y trabajo duro en la Posada de las Ánimas, así como su pasado con don Gerardo. Teresa se mudó a Cádiz con José Antonio, donde construyeron una vida juntos. Ella se convirtió en madre de sus hijos, y ambos vivieron felices. Mientras tanto, José Antonio siguió ascendiendo en el mundo del comercio en el sur de España, aprovechando su conocimiento exhaustivo sobre el funcionamiento de las instituciones aduaneras, militares y administrativas en los puertos. Su experiencia lo convirtió en una figura influyente y provechosa para sus contactos comerciales, consolidando su posición entre las personas más importantes en la región.