Los personajes franceses Henri, Nicolás, y su equipo son ficticios, creados específicamente para la trama, y actúan bajo las órdenes de Guillaume Grave, sin desviarse del guion establecido. Es importante resaltar que la crueldad con la que trataron al prisionero español José Antonio refleja la fama y las costumbres de los filibusteros y bucaneros franceses durante la Edad de Oro de la Piratería (aproximadamente entre 1650 y 1730). En esa época, los piratas franceses eran conocidos por su trato brutal hacia los prisioneros, marcado por prácticas violentas y crueles tanto en combate como en la gestión de capturas.
Los piratas franceses, como los que probablemente integraban la tripulación de Guillaume Grave, recurrían a la tortura no solo para extraer información sobre tesoros o cargamentos valiosos, sino también como un método de castigo y terror. Entre las técnicas empleadas se incluían el uso de planchas ardientes, azotes y mutilaciones. Además, los prisioneros a menudo eran confinados en espacios reducidos, con escaso o nulo acceso a alimentos y agua potable, lo que aumentaba significativamente la mortalidad entre ellos.
Frecuentemente, los prisioneros eran utilizados como rehenes para negociar rescates o acuerdos con autoridades coloniales o capitanes de otros barcos. Sin embargo, cuando las negociaciones no resultaban favorables para los piratas, estos prisioneros podían ser ejecutados sin miramientos.
Los filibusteros franceses, que operaban principalmente en el Caribe desde bases en Tortuga y Saint-Domingue (actual Haití), ganaron notoriedad por su ferocidad en combate y su dureza con los prisioneros. No solo se dedicaban al saqueo de barcos y colonias españolas, sino que también eran conocidos por tomar represalias brutales contra aquellos que osaban resistirse.