El alférez don Antonio de Urrejola Goitia, personaje real de origen vasco, viajaba en el navío Bravo durante el regreso de Amaro Pargo desde La Guaira hacia las Islas Canarias y fue testigo del abordaje perpetrado por el capitán lagunero. Dada su condición de oficial del ejército del reino y su participación en las actividades del asalto de Amaro Pargo al navío británico, fue llamado a declarar para testificar en contra del capitán tinerfeño. Poco se conoce del destino de este alférez, salvo que llegó a puerto junto a Amaro en una fecha de 1712 y que su testimonio fue crucial, ya que, como hombre de honor, su palabra no estaba en entredicho.

 

“En la ciudad de La Laguna, en nuebe días del mes de diziembre de mill settezientos y doze años, la parte del capitán don Amaro Rodríguez Phelipe, para su ymformación, pressenttó por testigo al alférez don Anttonio de Urrejola Goitia, rezidente en esta dicha ciudad, de quien hauiendo rezeuido juramento, lo hizo según derecho. Prometió desir uerdad, y exsaminado DIXO que en el nauío nombrado Nuestra Señora de Candelaria, Santto Domingo y San Vizente, alias El Brabo, de que era capitán y de mar y guerra don Amaro Rodríguez Phelipe, que salió del puertto de la Guaira de Caracas para el de Santta Cruz desta dicha Isla, benía embarcado el testigo. Y en dicho uiaxe auistaron una embarcazión y le pusieron la proa a ella, poniendo bandera olandeza, como es permittido. Y al tiempo que se azercó para apresarle, disparó dicho nauío del capitán don Amaro Rodríguez Phelipe tres cañonazos, y echando la lancha mudó de bandera, que fue recoxiendo la olandeza y poniendo la española. Y con esta, y no con otra alguna, se apressó dicha embarcazión, que era ynglesa y tenía su bandera de tal. Es lo que vio y passó assí, sin cossa en contrario. Firmolo y es de hedad de veinte y un años, poco más o menos. Anttonio de Urrejola Goitia. Antte mí, Juan Anttonio Machado Frisco, escribano público.”

 

En su declaración de marzo de 1712, contando apenas veinte y un años, el alférez Urrejola defendió a Amaro, indicando que este efectivamente colocó la bandera española en su lancha, actuando conforme a las leyes que dictan los mares, y que, por tanto, Amaro obró correctamente.

 Transcripción al castellano actual:


“En la ciudad de La Laguna, a nueve días del mes de diciembre de mil setecientos doce años, la parte del capitán don Amaro Rodríguez Felipe, para su información, presentó como testigo al alférez don Antonio de Urrejola Goitia, residente en esta dicha ciudad, de quien, habiendo recibido juramento, lo hizo según derecho. Prometió decir la verdad, y examinado, DIJO que en el navío nombrado Nuestra Señora de Candelaria, Santo Domingo y San Vicente, alias El Bravo, del cual era capitán de mar y guerra don Amaro Rodríguez Felipe, que salió del puerto de La Guaira de Caracas hacia el de Santa Cruz de esta dicha Isla, venía embarcado el testigo. Y en dicho viaje avistaron una embarcación y le pusieron proa, izando bandera holandesa, como está permitido. Y al tiempo de acercarse para apresarla, disparó dicho navío del capitán don Amaro Rodríguez Felipe tres cañonazos, y echando la lancha cambió de bandera, recogiendo la holandesa y poniendo la española. Y con esta, y no con ninguna otra, se apresó dicha embarcación, que era inglesa y tenía su bandera correspondiente. Es lo que vio y pasó así, sin ninguna cosa en contrario. Lo firmó, y tiene una edad de veintiún años, poco más o menos.

Antonio de Urrejola Goitia.

Ante mí, Juan Antonio Machado Frisco, escribano público.”